jueves, 3 de mayo de 2012

Una imagen que habla.


En esta bitácora quiero destacar el arte como medio de comunicación, y específicamente la fotografía, mostrando su función social y política. 

Esta imagen fue elaborada por la artista estadounidense Martha Rosler, nacida en Nueva York en 1943 y considerada un referente importante en el arte feminista, sus obras evocan temas como la mujer, la guerra y la política; con una dosis fuerte de protesta. Sus imágenes son composiciones que generan crítica e invitan a la reflexión.

Esta obra es un fotomontaje titulado Photo-op que corresponde a la exposición “Bringing the War Home: House Beautiful” que traduce algo así como llevar la guerra a la casa, hermosa casa; de alguna manera hacer que el tema de la guerra sea más cercano y mostrar que no somos ajenos a ella. Esta exposición tuvo lugar en el 2004.

La imagen nos trasluce un contraste contundente de dos situaciones intensas y opuestas que se incorporan mediante el tratamiento que Rosler le da a diferentes fotografías. El material que Rosler utiliza es extraído de difusiones publicitarias y medios de comunicación (es decir de situaciones reales); y posteriormente las interviene para armar su composición que resulta algo irónica; porque adquiere un sentido de protesta que también refuta los medios de comunicación.

En medio de los dos planos principales que ya mencioné refiriéndome a las dos situaciones contrastantes se encuentra un tercer plano que se percibe un poco inadvertido y casi que “adorna” la composición; esta fracción de la imagen muestra  las víctimas y su actitud resignada y pasiva.  La obra se jerarquiza mediante el tamaño, la ubicación y la repetición, empezando por la modelo del celular, que indudablemente juega un papel fundamental en la imagen, ya que está situada como objeto dominante y es observable a la más superficial mirada; está ubicada en el primer plano, es repetida  y además es un elemento sobresaliente (de forma literal y figurativa). Hablando un poco de lo que esta primera imagen significa basados en la actitud de la modelo podemos notar la intolerancia y la superficialidad, se puede ver que la situación complicada no se desconoce pero que su actitud frente a ella es molesta, es como si le generara fastidio y prefiriera no tener que ver con ella.

Las dos situaciones que se confrontan tienen entornos diferentes, y esto habla de la cercanía que Rosler muestra que se tiene a los dos temas. La guerra se desarrolla al exterior del hogar y funciona casi como un paisaje, porque notablemente es ignorada, allí se evidencian elementos propios del conflicto: las revueltas, las armas, el humo, el fuego, los líderes, los subalternos y los colores, una gama de  tonalidades cálidas que advierte la actividad constante. Y en el interior  se encuentra la casa amenizada con elementos industriales modernos que sugieren comodidad y evidentemente son  ajenos a la realidad exterior, también aparte de la modelo repetida se encuentra una niña y una señora que muestran las consecuencias de la guerra, están dentro del hogar pero se hacen poco importantes, y complementan la casa, aquí se puede reparar que falta hacer oír la voz de las víctimas y concientizarse de una realidad que indiscutiblemente no está bien.

Claramente esta obra tiene un sentido crítico explícito, muestra la bipolaridad de la situación contemporánea. Rosler mezcla fracciones de los medios de comunicación y crea un resultado artístico tajante que muestra la intolerancia, la inconsciencia e incluso la candidez; invita a la reflexión, a pensar en las dos realidades diferentes que afectan la época, o más bien a diferenciar la realidad y la máscara, a identificar la importancia de la conciencia, a cavilar sobre los contenidos que los medios de comunicación difunden regulados por sus objetivos convenientes y finalmente a adquirir una postura social sensata.

Para concluir deduzco que somos una sociedad superficial, altamente vulnerable a los medios de comunicación, que aunque conocemos las grandes falencias de nuestro tiempo nos dejamos envolver por la publicidad, el consumismo y la industria, y se nos olvida tomar una posición activa y concreta. Ignorar lo que en realidad ocurre no quiere decir que somos eximidos de los daños y que no nos afecta, porque notablemente también hay consecuencias indirectas sobre nosotros. Falta intervenir y mudar de ser un espectador vacío a una persona reflexiva que no se quede quieta con la injusticia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario