jueves, 3 de mayo de 2012

Alex

La naranja mecánica. Un film de Stanley Kubrick, con una dosis fuerte de sátira, Mezcla el “mal” y el mal controlado, la autonomía con la falsa ética; la pérdida del control de dos maneras opuestas.

Su protagonista Alex DeLarge, un chico controversial que se percibe extraño, indudablemente un líder que sobrepasa su poder y  actúa bajo su inconciencia motivado explícitamente por sus pasiones, sin consideraciones morales ni éticas.

Sin embargo Alex es refinado para comunicarse y tiene un estilo peculiar que lo caracteriza junto con su grupo, estilo que distrae su perversidad, luce divertido, original, musical, misterioso pero totalmente dejado al placer, placer desbocado que al ritmo de su canción se satisface mediante inimaginables circunstancias que sobrepasan la tolerancia, y se vuelven intolerables porque mientras la crueldad complace, todo parece un juego, donde las fichas que se manipulan dejan de ser humanos y se convierten en objetos, instrumentos que proveen euforia, mediante la violación de los derechos humanos.

La sensación que deja el comportamiento inicial y “autónomo” de Alex es controversial, carga de indignación y miedo al espectador, resulta impredecible determinar sus acciones pero se presuponen terribles. Se percibe como una persona sin límites en su violencia que ameniza sus actos con una estética especifica. Alex, un desadaptado social, que subestima la autoridad de sus padres y del estado y hace cuanto quiere sin considerar las consecuencias de sus actos, sino teniendo siempre presente complacer su humor malsano.

Luego de ser traicionado por sus compañeros mediante una trampa del mismo talante de su personalidad, el panorama se pone de revés, y quien recibe intolerancia y falta de solidaridad resulta ser él, se puede decir que recibió parte de sus propios actos, paso de ser victimario a víctima, absolutamente desvalido y dependiente. Pero este singular y radical cambio es el resultado de un proceso tortuoso al que el estado somete a Alex para que se convierta en una “buena persona”.

La naturaleza de Alex es claramente de  violencia además desmedida, su naturaleza se conserva, hace parte de su esencia como ser, por consiguiente no muda y sigue siendo igual, finalmente manipulada, pero esencialmente la misma.

La estrategia del estado para tratar a Alex es un proceso de reformación donde mediante prácticas tormentosas se hacen identificables obras negativas con malestares físicos, de tal manera que el paciente asocia cada deseo malintencionado con una fuerte dolencia física, que le impide actuar según su parecer y lo frena de su autonomía obligándole a comportarse de determinada manera para sentirse saludable; lo priva de cualquier manera de violencia, incluyendo la defensa. Alex se vuelve vulnerable, no por si mismo sino por su cuerpo que de esta manera ya no le permite la libertad de ejecutar su vida, sino que le impone un propio ritmo para existir.

El proceso de reformación que se le aplico a Alex es un proceso que resulta ser muy inconsciente porque además de ser muy efectivo limita de las propias acciones, de  la soberanía de sí y convierte al paciente en una persona mecánica, reprimida y obligada. Incapaz de pensar antes de actuar en el caso de Alex.

Alex originalmente con todo  lo excéntrico y cruel de su comportamiento luego del tratamiento siguió siendo el mismo, sus acciones cambiaron pero su pensamiento conservo toda la violencia que le hacía único.

En el espectador este comportamiento reprimido causa curiosidad e irónicamente de alguna manera crea la misma repugnancia inicial que se daba con las acciones de Alex, en algún momento el espectador se pone en su lugar e inclusive puede sentir compasión de un ser absolutamente manipulado que se ve claramente atormentado por sí mismo.

La película se divide en dos facetas; la primera donde Alex hace cuanto quiere sobrepasando cualquier límite y la segunda donde Alex no puede ser él mismo y se ve obligado a que hagan cuanto quieran con él, sobrepasando limites porque pierde su capacidad de reaccionar físicamente al maltrato y está encarcelado en algo que sin pensarlo él origino. La cuestión es ¿Qué faceta es mejor?, Una persona autónoma y peligrosa o una totalmente mecanizada y carente de libertad.

Alex finalmente no se comporta según su criterio, es alguien condenado, torturado que en los últimos minutos del film decide parar con una vida que no es suya, limitada y dependiente; intento fallido, que lleva al espectador a la reflexión de que hubiera sido mejor. Alex era el muñequito del estado, el maniquí de sus médicos y el niño bueno de sus maestros, todo exterior; el interior de Alex se volvió imperceptible, invisible. 

Podría decir que Alex, esta disfrazado de una falsa ética, acomodado a la lógica del cristianismo (si te pegan en una mejilla, pon la otra), funcionando mecánicamente sin ninguna autonomía y en una total inconformidad.

La naranja mecánica es una película de alguna manera extraña que condensa dos situaciones opuestas pero que ambas evidencian la violencia y la violación de los derechos humanos. El espectador podría verse atraído por esta cinta debido a su estética particular (estetización de la política), a  la mezcla entre violencia desmedida y el encanto visual y audible, y al toque de humor satírico con el que se desenvuelve la trama.

Tráiler: http://www.youtube.com/watch?v=A1eC4pG8rC0

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